Mes: julio 2017

Lost Odyssey: El Prisionero Inmortal

Y yo, sin embargo, nunca viajaré allí.
Nunca podré escapar de este mundo de oscuridad…

Aurum se erigía sobre una cima montañosa a unos kilómetros de Numara, la capital del Reino. Era un pueblo inhóspito al abrazo de la naturaleza. Árboles frescos se embebían de los licores de las tierras fértiles, allá donde las raíces recorrían su imparable descenso a las profundidades del mundo. Los edificios estaban construidos en madera y piedra. Tenían el techo bajo, protegido por robustas tejas de color rojo desgastado. Por dentro eran igual de sencillas, aunque todos los aldeanos poseían ardientes chimeneas para guarecerse de las inclemencias meteorológicas.

Notas sobre las obras y los héroes homéricos

A través de la poética de Aristóteles destapamos uno de los rasgos principales del proceso de composición de La Odisea: no estaba construido con el objetivo de ser leído, sino para ser recitado en un auditorio de manera oral.  Es por ese motivo que todos los episodios eran bastante breves, tal y como también apunta el filósofo en su poética. Cada uno de esos capítulos debía ser claro y aunar todos los elementos dramáticos necesarios.  Por otro lado, eran generalmente independientes los unos de los otros. Si bien había un hilo conductor común—la guerra y el regreso al hogar—,  los episodios narraban las diversas aventuras de Ulises. La obra homérica prescindía asimismo de los detalles cuando ya no eran necesarios:

Funciona con WordPress & Tema de Anders Norén