Kazuma Kiryu es un antiguo miembro de la mafia japonesa. Ha dejado el negocio de los trapicheos para dedicarse al cuidado de niños huérfanos en su orfanato. Todo suena muy idílico, más aún si tenemos en cuenta que parte de la narración se desarrolla en la paradisiaca isla de Okinawa. Pero el entorno bucólico esconde las oscuras intenciones de políticos y mafiosos por igual. Así las cosas, Kazuma—protagonista de Yakuza 3—, no tarda en verse envuelto en un nuevo torbellino de violencia; los viejos hábitos otra vez.
La excusa del orfanato sirve como pretexto para articular un argumento tan atractivo como fallido. Y es que el guión, sin ser maravilloso en ningún momento, brilla más luminoso cuando se narran las guerras familiares y las luchas encarnizadas por el poder.
Esta base tan interesante se desdibuja cuando la narrativa pierde su enfoque central y se focaliza más en los problemas mundanos de niños petardos y viejecillas desvalidas. No es que una historia con niños no se pueda hilar de manera interesante, pero en el caso de Yakuza 3, todas esas líneas argumentales fluyen tediosamente. El desarrollo de dichas historias se basa en ayudar a los críos en sus riñas y desavenencias. De ese modo, el argumento pierde el equilibrio y consistencia con demasiada frecuencia y se convierte en una caricatura, a veces incoherente, otras fuera de lugar.
Aun y todo, Yakuza 3 está muy bien ambientado y tiene muchas virtudes, pero como suele ocurrir con los juegos de mundo abierto (aunque este no lo sea realmente), no puedo quitarme la sensación de que lo único que hago es ser el recadero altruista de todos los demás personajes. Es cierto que en muchas misiones principales se maquilla esa impresión, pero todas las secundarias se apoyan en encargos, la mayoría insípidos argumentalmente.
A pesar del regusto avinagrado que ha quedado impregnado en los párrafos de este artículo, el juego en conjunto me ha gustado y tengo ganas de probar los siguientes capítulos de la franquicia. Me queda la esperanza de que alguno de los puntos negativos que he destacado vayan limándose en entregas posteriores.
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